martes, 26 de marzo de 2019

El matadero: entre el romanticismo y el realismo




El matadero
A)    Describe a través de una cita instancias del romanticismo muy precisas en el texto
1.      Amor a la patria
En el siguiente dialogo, podemos ver un ejemplo muy claro de cómo la comunidad federalista del lugar estaba en contra de los unitarios, que es el otro bando dirigido por los españoles peninsulares. Dentro de la obra podemos ver otros ejemplos, pero a mi parecer, en este dialogo ese patriotismo es llevado al extremo, pues con el simple hecho de estar presente un unitario, hace que surjan en los federales el hecho de hacerle daño.

-A la casilla con él, a la casilla. Preparen la mazorca y las tijeras. ¡Mueran los salvajes  unitarios! ¡Viva el Restaurador de las leyes!
-Viva Matasiete. ¡Mueran! ¡Vivan!, repitieron en coro los espectadores y atándole codo con codo, entre moquetes y tirones, entre vociferaciones e injurias arrastraron al infeliz joven al banco del tormento como los sayones al Cristo.

2.      Fascinación por lo grotesco
En la historia se puede ver una detallada descripción de un ambiente, grotesco, incluso esta descripción es utilizada por el mismo autor. Esta narración predomina desde que los novillos aparecen en el matadero, y entre viseras y sangre continúa la narración. Probablemente el autor quería producir esta sensación de hastío en el lector, y es en esto que puede destacar dicha composición literaria.
Siguió la matanza y en un cuarto de hora cuarenta  y nueve novillos se hallan tendidos en la playa del matadero, desollados unos, los otros por desollar. E1 espectáculo que ofrecía entonces era animado pintoresco aunque reunía todo lo horriblemente feo, inmundo y deforme de una pequeña clase proletaria peculiar del Río de la Plata. Pero para que el lector pueda percibirlo a un golpe de ojo preciso es hacer un croquis de la localidad.

La perspectiva del matadero a la distancia era grotesca, llena de animación. Cuarenta y nueve reses estaban tendidas sobre sus cueros y cerca de doscientas personas hollaban aquel suelo de lodo regado con la sangre de sus arterias. En torno de cada res resaltaba un grupo de figuras humanas de tez y raza distintas. La figura más prominente de cada grupo era el carnicero con el cuchillo en mano, brazo y pecho desnudo, cabello largo y revuelto, camisa y chiripá y rostro embadurnado de sangre.

3.      Descripciones de lo sublime
Este apartado en especial me pareció el más complicado de realizar, pues, ¿qué es lo sublime?, esto fácilmente lo podemos responder, sabemos qué es, pero mejor dicho ¿para quién es sublime? En las siguientes citas encuentro algo de sublime.
            En la primera, el hecho de la simple descripción de un niño muerto que reposa en el cementerio y la mención de la sangre, me parece que está expresando en un máximo una idea romántica, una imagen, seguramente si esta pequeña línea fuera representada pictóricamente, sería una famosa pintura.
            La segunda cita, no pude evitar ponerla, pues la descripción que hace del joven tiene un tinte realista, pero no tanto, pues no llega al punto de parecer una anatómica, sino más que enseñarnos su cuerpo, nos lo describe cómo se muestra ante el sentimiento de la frustración, el odio, el nerviosismo y entre otros que el lector alcance a percibir.
            En la última cita, el guion, el unitario, con muy pocas palabras, nos da a conocer toda su postura ideológica, pues a diferencia de los federales, su insulto solamente es canalla, se rehúsa a que lo desnuden, prefiere morir antes que hacerlo, su honor es primero antes que la muerte.

Del niño degollado por el lazo no quedaba sino un charco de sangre: su cadáver estalla en el cementerio
El joven, en efecto, estaba fuera de sí de cólera. Todo su cuerpo parecía estar en convulsión: su pálido y amoratado rostro, su voz, su labio trémulo, mostraban el movimiento convulsivo de su corazón, la agitación de sus nervios. Sus ojos de fuego parecían salirse de la órbita, su negro y lacio cabello se levantaba erizado. Su cuello desnudo y la pechera de su camisa dejaban entrever el latido violento de sus arterias y la respiración anhelante de sus pulmones.

-Primero degollarme que desnudarme; infame canalla.

4.      Papel de la naturaleza

El papel de la naturaleza funge como un ente vivo, capaz de destruir, y cambiar la vida de los habitantes de la región, tanto que por el paso de esta, entra en la cosmovisión del pueblo, la religión la hace suya ara fortalecer su discurso, el pueblo creyente se siente abandonado por Dios y comienza una nueva forma de vida dentro del ascetismo y la oración para enmendarse, mientras que los ateos o extranjeros, aprovechan la situación sobre estos, para satisfacerse y poder ejercer, así como la iglesia, su poder dentro del pueblo.

El Plata creciendo embravecido empujó esas aguas que venían buscando su cauce y las hizo correr hinchadas por sobre campos, terraplenes, arboledas, caseríos, y extenderse como un lago inmenso por todas las bajas tierras.

B)    Sin embargo El matadero  también anuncia ya la llegada del realismo a Latinoamérica. Haz lo mismo a través de citas que demuestren
1.      Descripción detallada, cuidadosa, casi quirúrgica y desapegada del narrador
En los siguientes fragmentos, me parece que el narrador, aunque en gran parte de la obra se percibe, tiene una conciencia muy fiel a lo que sucede dentro del marco espacio temporal de la obra. Es un narrador que conoce a sus personajes, el ambiente que existe dentro del pueblo y el matadero, así como la interacción que se hace presente con el lector al dirigirse a ellos, se podría decir, que incluso, conoce al lector que lo leerá.

A lo que se agregaba el estado de flatulencia intestinal de los habitantes, producido por el pescado y los porotos y otros alimentos algo indigestos.

Oíanse a menudo a pesar del veto del Restaurador y de la santidad del día, palabras inmundas y obscenas, vociferaciones preñadas de todo el cinismo bestial que caracteriza a la chusma de nuestros mataderos, con las cuales no quiero regalar a los lectores.

2.      Interés por las clases menos privilegiadas y su papel social

Durante el cuento se narra una población que se muere, literalmente, de hambre a causa de los estragos que ha causado el desborde del río de La Plata y las lluvias, pero nunca se menciona su clase social, pero si nos adentramos en el contexto, sabemos que narra un pasaje de la vida de los federales, quienes estaban formados por los criollos y algunas castas. Por conocimientos generales, los criollos y las castas durante y después la conquista de los españoles, no formaban la elite de la sociedad, sino pertenecían a una clase más baja. Al contrario de los españoles peninsulares. Por lo que, la narración parte de este interés por describir la situación de este sector social, desde una alegoría constante que es el matadero.

 El caso es reducir al hombre a una máquina cuyo móvil principal no sea su voluntad sino la de la iglesia y el gobierno.

Hacia otra parte, entre tanto, dos africanas llevaban arrastrando las entrañas de un animal; allá una mulata se alejaba con un ovillo de tripas y resbalando de repente sobre un charco de sangre, caía a plomo, cubriendo con su cuerpo la codiciada presa. Acullá se veían acurrucadas en hilera 400 negras destejiendo sobre las faldas el ovillo y arrancando uno a uno los sebitos que el avaro cuchillo del carnicero había dejado en la tripa como rezagados, al paso que otras vaciaban panzas y vejigas y las henchían de aire de sus pulmones para depositar en ellas, luego de secas, la achura.

3.      Intentos de imitar el lenguaje tal y como se usa en la vida cotidiana.
En el cuento tenemos las siguientes palabras: vede, batahola, herejotes, careo, síncope, estraña… estas palabras hacen referencia a un vocabulario más coloquial, más fiel a la descripción realista de lo que está sucediendo, pues no sólo lo hace al narrar los hechos, sino la selección de palaras que el autor tiene. Esto, es más visible ya en los diálogos, en donde imita verdaderamente el lenguaje utilizado en esos momentos por los pobladores del lugar y no uno ornamentado y lleno de elaboradas metáforas, o de simbolismos y un léxico elevado para mostrar los sentimientos e ideas de los personajes como en épocas literarias anteriores.

Multitud de negras rebusconas de anchuras, como los caranchos de presa, se desbandaron por la ciudad como otras tantas harpías prontas a decorar cuanto hallaran comestible

-Ahí se mete el sebo en las tetas, la tía -gritaba uno.
-Aquel lo escondió en el alzapón -replicaba la negra.
-¡Che!, negra bruja, salí de aquí antes que te pegue un tajo -exclamaba el carnicero.
-¿Qué le hago ño, Juan?, ¡no sea malo! Yo no quiero sino la panza y las tripas.


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